El Inconsciente como Sistema Holográfico y No Local: Principio del Todo en la Parte
- Theo Weber Guzman
- 3 jun
- 4 Min. de lectura
Introducción
Cuando hablamos del inconsciente, muchas veces lo imaginamos como una “caja negra” escondida en nuestra mente, un lugar donde se guardan recuerdos y emociones que no alcanzamos a ver conscientemente. Pero la NeuroPsicoKinesis (NPK) y la terapia del Efecto TEO proponen algo mucho más revolucionario: el inconsciente funciona como un sistema holográfico y no local. Esto significa que cada parte del inconsciente contiene la información del todo, y que esa información no está confinada a un lugar físico específico, sino que se extiende a un campo energético cuántico.
En este artículo explicaremos qué significa esta perspectiva, su origen científico y filosófico, su relación con la teoría de cuerdas, y cómo su comprensión ayuda a entender por qué el Efecto TEO es una terapia tan efectiva para transformar vidas.
¿Qué es un sistema holográfico?
Un holograma es una imagen tridimensional creada con luz láser que, a diferencia de una fotografía convencional, almacena la información completa de la imagen en cada una de sus partes. Por ejemplo, si tomas un holograma y lo divides en pedazos, cada pedazo sigue mostrando la imagen entera, aunque con menor definición. Esto se debe a que la información no está distribuida linealmente, sino en forma de patrones integrados y redundantes.
Este principio se aplica metafóricamente al inconsciente: cada fragmento del inconsciente contiene la totalidad de la información psíquica y energética de la persona. Por eso, un cambio en un punto específico (por ejemplo, en el cuerpo del terapeuta durante una sesión de NPK) puede impactar simultáneamente diversos niveles y áreas del inconsciente.
Orígenes y aplicaciones de la perspectiva holográfica
La idea de que el universo y la mente tienen naturaleza holográfica fue popularizada por el físico David Bohm y el neurofisiólogo Karl Pribram en los años 70:
David Bohm propuso que el universo funciona como un holograma gigante, donde la realidad física es una manifestación de un orden implicado subyacente, una red interconectada de información.
Karl Pribram sugirió que el cerebro no almacena la memoria en un lugar específico, sino que funciona como un holograma, con información distribuida en patrones complejos de ondas.
Esta teoría holográfica se ha aplicado en neurociencia, física cuántica, psicología y terapias energéticas, revolucionando la comprensión de la mente y el universo.
¿Tiene relación con la teoría de cuerdas?
Sí, en el sentido de que la teoría de cuerdas también postula que la realidad fundamental está compuesta por vibraciones energéticas muy pequeñas llamadas “cuerdas”. Estas vibraciones generan múltiples dimensiones y la apariencia de partículas y fuerzas.
Ambas perspectivas, la holográfica y la teoría de cuerdas, apuntan hacia una realidad fundamentalmente energética, interconectada y multidimensional, donde la información es clave y no está limitada al espacio y tiempo convencionales.
¿Qué significa que el inconsciente sea no local?
En física cuántica, la no localidad es la propiedad de que partículas separadas pueden estar instantáneamente conectadas, sin importar la distancia, fenómeno llamado “entrelazamiento cuántico”.
Aplicado al inconsciente, significa que su información y procesos no están limitados a un área del cerebro o cuerpo. La consciencia y el inconsciente se extienden en un campo energético que conecta y trasciende al individuo.
Esto explica cómo, en el Efecto TEO, el terapeuta puede sintonizar conscientemente con el inconsciente del consultante, y desde su propio cuerpo, provocar cambios profundos y simultáneos en múltiples niveles.
Impacto en el Efecto TEO: ¿Por qué funciona y es efectivo?
La naturaleza holográfica y no local del inconsciente permite que el Efecto TEO opere con gran eficacia porque:
Cambia el todo desde una parte: Al trabajar en un punto específico (el cuerpo del terapeuta o una frase activadora), se modula simultáneamente el sistema completo del inconsciente del paciente.
Sincronización energética: La conexión energética y cuántica entre terapeuta y consultante facilita una comunicación profunda y directa, más allá del diálogo verbal.
Transformación acelerada: Se evitan procesos lineales lentos; en cambio, la terapia puede generar saltos cuánticos en la reprogramación mental y energética.
Ejemplo simple para entenderlo
Imagina un disco compacto (CD) que contiene toda la información musical de un álbum. Si lo rompes en varios pedazos, cada uno puede aún reproducir la música, aunque con menos calidad. Así funciona el inconsciente: incluso una pequeña intervención puede “reproducir” cambios completos en la persona.
Por eso, en NPK, un pequeño gesto o frase puede desbloquear emociones, sanar creencias y modificar comportamientos, porque cada parte refleja el todo.
Saberes tradicionales y esta propiedad holográfica
Muchas tradiciones ancestrales y saberes no científicos han intuido esta naturaleza holística:
En la filosofía oriental, como el budismo y el taoísmo, se habla de la unidad y la interconexión de todo, y de cómo el microcosmos refleja el macrocosmos.
En la medicina tradicional china, el concepto de meridianos energéticos indica que un punto puede influir en todo el organismo.
En las tradiciones chamánicas, la idea de que el “alma” o “energía” está distribuida y que un trabajo en una parte puede sanar el todo es común.
Conclusión
El inconsciente como sistema holográfico y no local redefine nuestra comprensión de la mente y la terapia. Nos muestra que la transformación profunda es posible porque cada parte contiene el todo y porque la información fluye en un campo energético cuántico.
Este paradigma es la base científica y espiritual del Efecto TEO, que permite acceder y modificar simultáneamente múltiples niveles del inconsciente para acelerar la sanación y la expansión de la consciencia.



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